El debate sobre el modelo sanitario en tiempos de crisis es urgente. Las propuestas son múltiples y se hace necesario pensar detenidamente y con hondura. Pero lo importante es partir de la realidad. España tiene un buen sistema de salud. No podemos olvidar en medio de las sombras nuestros puntos más positivos. Tenemos unos buenos indicadores de salud, un bajo gasto sanitario público (7%), un elevado nivel de equidad, un alto nivel de legitimación (para los dos tercios el sistema funciona bien), un elevado nivel de formación y de recursos asistenciales. A pesar de estos elementos, hay en el momento actual una serie de cuestiones más grises a las que conviene estar atentos en esta crisis: desigualdades entre comunidades autónomas, escasa información y transparencia, falta de una gestión más profesionalizada, deuda elevada (más de 15.000 millones), seguridad no universal (segmentación), falta de evaluación y baja productividad en algunos ámbitos. Por eso, más allá de las esperanzas absolutas que se ponen en Europa y más allá del catastrofismo pasivo de que no tenemos remedio, este libro busca, de modo interdisciplinar, caminos de reforma en la situación de crisis actual.