Argumento de Salud, Justicia, Derechos. el Derecho a la Salud como Derecho Social.
¿Por qué volver a escribir, por qué volver a leer, sobre el derecho a la salud? ¿Por qué hacerlo, además, en torno a su justificación filosófico-normativa? ¿Tiene acaso ello que ver con lo principal, es decir, con su respeto efectivo en unos casos o su violación flagrante en otros? En realidad, las discusiones sobre el derecho a la salud están más abiertas que nunca. Se sigue discutiendo cuál ha de ser el peso del sector público o privado; no parece haber criterios asentados sobre qué prestaciones debe incluir un derecho a la salud; se duda sobre si es posible afirmar un derecho a la salud sin caer en la trampa de su voracidad infinita; se plantea hasta qué punto la garantía del derecho a la salud se puede buscar en los tribunales; se cuestiona si las personas con hábitos o estilos de vida poco saludables merecen determinadas prestaciones. Se plantea si es posible, en términos más abstractos, determinar en qué consiste la salud: cuál es su relación con la enfermedad, hasta qué punto es una construcción histórica y social, y quizá, además, una construcción arbitraria. Se debate, en definitiva, si la salud es un bien especialmente importante acaso el más importante- o si por el contrario es un bien entre otros, quizá una mera preferencia. Pero más primordiales que estas preguntas son algunas otras que ni siquiera se suelen plantear. ¿Por qué la discusión sobre el derecho a la salud se acaba convirtiendo en una discusión sobre el derecho a la asistencia sanitaria? ¿Por qué, a pesar de la evidencia abrumadora, no se toman en consideración las relaciones entre el derecho a la salud y otros derechos relativos a las condiciones de vida de las personas? ¿Por qué los condicionantes sociales de la salud merecen un tratamiento tan marginal? Todos estos temas aparecen de una u otra manera a lo largo de unas páginas que invitan a repensar el derecho a la salud.0