Tokio, 1921. La Guerra Demoníaca ha terminado y Japón vuelve a ser un lugar próspero y pacífico... Tan pacífico que, recién salido de la Academia Naval, el Alférez Ichiro Ogami ha sido asignado al Gran Teatro Imperial en calidad de... taquillero. ¡Aburrido destino! Pero no tanto porque, aunque le cueste sospecharlo, a la vuelta de la esquina aguardan emociones varias, demonios, robots y chicas guapas en uniforme. En este episodio, María se deberá enfrentar a sus propios fantasmas.