Este recorrido físico y espiritual está al alcance de todos los que se lo propongan, siempre que lo hagan mentalizados para viajar que no es lo mismo que hacer turismo por lugares cercanos y al mismo tiempo remotos. Entornos donde es posible dejarlo todo atrás, saborear la aventura y hacer enriquecedores encuentros. La mochila se irá llenando por el camino de historia, costumbres, gastronomía y, al fin, de la gran sabiduría de las gentes del desierto.