Sabrina tiene veintiséis años, es alocada, irresponsable y con tendencia a meterse en líos. Su trabajo como creativa júnior en una agencia de publicidad no le da más que para compartir un piso caótico con dos amigas, paliar su afán consumista en Zara y llegar a fin de mes en números rojos. No obstante, Sabrina ha decidido convertirse en la mejor publicista de España. Así que, por primera vez en su vida va a dejar el messenger, las intrigas de oficina y los escaqueos para trabajar por esa meta. Lo que Sabrina no se espera es que dentro de su cabeza haya verdadero talento, y mucho menos que la persona que va a ayudarla a descubrirlo sea quien es.