Argumento de Saborear el Agua.
Santôka es el heredero de una larga tradición de poetas vagabundos en un siglo como el XX que ya apenas permitía ese modo de vida. Su poesía lo consagra, además, como el último de los clásicos japoneses, el poeta actual más citado y leído, omnipresente en librerías y editoriales niponas, comparable en reconocimiento general a lo que podría ser Federico García Lorca en España.
Santôka no es sólo el genio del haiku sin metro fijo; es mucho más. Es una muestra de como lo antiguo puede vivir en lo moderno, un espejo en el que a pesar de todo hay que mirarse, un ejemplo de cómo transformar el fracaso en aprendizaje espiritual, y hasta un mártir del amor a la libertad de uno mismo, al propio camino, sin objeto, sin orgullo. Santôka no es un héroe nacional; es un hombre que transforma en poesía mística lo que otros considerarían las circunstancias materiales de una vida miserable.1