La colección responde a un género más que clásico de la literatura infantil: el día a día de un niño en ilustraciones y con muchos detalles que el joven lector pueda identificar. Pero a través de esta cotidianidad infantil, tan ordenada, conservadora y amable, se introducen elementos diferenciadores del tradicional modelo familiar y social que los libros de este género insisten en seguir utilizando.
Lo más interesante y útil es tratar estos temas desde la naturalidad, sin un sentimiento de culpabilidad que, después de todo, procede del mundo adulto.