Este libro analiza las relaciones franco-españolas durante la presidencia del general De Gaulle (1958-1969). En aquella década, tras una larga etapa de autarquía y aislamiento, la economía española entró en la senda del crecimiento acelerado del que ya disfrutaban otros países occidentales. Francia puso rumbo al sur y no escatimó esfuerzos para participar, a corto y largo plazo, de los frutos del desarrollo económico español.