Más allá de la dramática vida de Rukeli, Jud Nirenberg explora en este libro la forma en que otros boxeadores y atletas lidiaron con el racismo nazi. Los Juegos Olímpicos de 1936, personajes como Joe Louis, Max Baer, Max Schmeling, Jesse Owens, Helene Mayer (la única judía que representó a Alemania en los Juegos Olímpicos) y Adolph Hitler, un fanático del boxeo, forman parte también de esta historia.