Su peregrinaje por las calles de Barcelona a lo largo de una tarde de posguerra -muy lejos, en otros ámbitos, resuenan los últimos estertores de la segunda guerra mundial- se convertirá en un paulatino descenso al corazón de las tinieblas. Los círculos sucesivos del atormentado trayecto nos muestran una población saciada de podredumbre que, a pesar de su náusea, deja entrever la posibilidad de redención.
La ronda del inspector a través del caos y la decrepitud, entreverada con los recuerdos que surgen desde los oscuros sótanos de su mente, se convierte en el viaje de ser humano hacia los límites de su propia residencia al horror. Relato breve de alcance simbólico y formidable intensidad. Este título eleva la descripción física y moral del mundo de la posguerra a una altura mítica.