Películas con temáticas muy distintas que, en muchos casos, se vieron sometidas a la censura más atroz y que mostraron, a pesar de ello, la manera de vivir, sentir y pensar de una nación muy diferente a la que hoy conocemos con el nombre de España.
Que Juan Antonio Bardem se atreviera en 1957 a abordar en La venganza, conflictos laborales de las gente del campo, o dramáticas infidelidades conyugales en Muerte de un ciclista; que Luis Buñuel volviera a su país tras el exilio para mostrar con sabia maestría, capaz de burlar al más intrépido censor, dos Españas bien distintas, una arcaica y polvorienta y otra vital y emprendedora en Viridiana, o que José Luis Garci abordara en Asignatura pendiente una de las pocas películas que se realizaron sobre la transición española, viene a demostrar la capacidad creadora de algunos de nuestros más ilustres cineastas en momentos poco propicios para la crítica.
Con Rodajes al borde de un ataque de nervios pretendemos no solo homenajear a unos hombres y mujeres que, en su día, se la jugaron por plasmar tanto sus ideas como su visión cinematográfica, también queremos dar a conocer, especialmente a las nuevas generaciones que ven en Amenábar, Alex de la Iglesia o Julio Medem sus iconos en el arte de la imagen en movimiento, que, antes que ellos, hubo toda una serie de grandes maestros, considerados como tales al más alto nivel internacional, sin cuya labor nuestro cine no hubiera estado nunca entre los mejores del mundo.
Con directores como Miguel Picazo, Luis García Berlanga, Carlos Saura, Luis Buñuel, J. A. Bardem. Productores como Pedro Masó, José Luis Dibildos, Elías Querejeta. Y actores y actrices como Aurora Bautista, Alberto Closas, Carmen Sevilla, Pepe Isbert, Carmen Maura. se escribe gran parte de nuestra historia en el Séptimo Arte.
Y para que en esta propuesta literaria tengan cabida todos los gustos cinematográficos, hemos querido elegir un ramillete de títulos de lo más dispar. Desde La tía Tula a El verdugo, pasando por La verbena de la paloma o La ciudad no es para mí, hasta títulos como Marcelino pan y vino o La gran familia.
Todos ellos tuvieron una historia detrás donde muchas veces los problemas económicos daban la mano a los provenientes de la censura y el caos.
¿Alguien podría imaginar que Sara Montiel, a su regreso de Hollywood, tras besar a Gary Cooper, terminara cayendo en una producción apenas sin fondos como El último cuplé que, sin embargo, la convirtió en un mito?
Ser niño prodigio podía ser un don que sacaba de la pobreza a toda una familia, pero fue un auténtico suplicio en casos como el de Pepa Flores (Marisol).
Ser chica Almodóvar suena muy bien pero cuando una es novata y se va tropezando con todos los muebles del decorado en cada una de las tomas, ni al director le hace gracia.
Esta es la primera vez que se reúnen en un solo libro propuestas de directores, productores y actores tan dispares; amados, venerados y odiados por el gran público.
Su único rasgo en común: la sangre, el sudor y las lágrimas que tuvieron que verter para sacar adelante sus películas.