El autor narra de forma viva su experiencia como enfermo de cáncer con un diagnóstico grave durante tres años, de 2007 a 2010, período en que combinó medicina tradicional con una intencionada actitud psicológica. De este modo, anima a los pacientes a no dejarse reducir por la enfermedad mediante una incitación a encontrar un significado psicológico y espiritual a su estado. En definitiva, defiende que la clave consiste en hallar en sí mismos los recursos necesarios para sanar y celebrar la vida