Argumento de Revista Desperta Ferro. Contemporánea, Nº 8, Año 2015. Galípoli, 1915
Encuadernación: Rústica1El tercer frente: una estrategia mal concebida por Christopher Roberts. Pese a las afirmaciones de que la campaña de Galípoli fue estratégicamente brillante y estuvo cerca de tener éxito, la realidad es que se desarrolló entre deliberaciones confusas, directrices cambiantes, objetivos poco meditados y una inadecuada distribución de recursos. La campaña, nacida de la búsqueda incoherente porparte del Consejo de Guerra británico de una alternativa al estancamiento del frente occidental y de la necesidad de una ocasión para emplear el New Army de Kitchener en un teatro de operaciones más provechoso, tuvo desde el principio pocas posibilidades de éxito. Las primeras propuestas sobre los Dardanelos surgieron en noviembre de 1914, mientras el Consejo de Guerra consideraba la defensa del canal de Suez. Winston Churchill opinaba que una operación combinada entre la Marina y el Ejército contra la península de Galípoli era la mejor forma de lograrlo, a lo que añadió que nos daría el control de los Dardanelos y podríamos imponer nuestras condiciones a Constantinopla.
Las costas de Galípoli por Peter Doyle. La idea de introducir una flota a presión entre los serpenteantes márgenes de los Dardanelos, fortificados desde hace siglos, ha ocupado durante centurias la mente de los militares de muchas naciones, y con el Imperio otomano involucrado en la Gran Guerra afloró de nuevo el viejo concepto de forzar el paso de los Dardanelos para amenazar El paisaje de Galípoli es de una belleza cautivadora, un hecho del que no se percataron los jóvenes que combatieron allí, pues hace cien años era algo bien diferente, una escena de gran sufrimiento. Ese mismo paisaje, que iba a influir directamente en las batallas libradas en 1915, fue descrito en las numerosas historias sobre la campaña de Galípoli, que detallan la insuficiencia del suministro de agua, las laderas escarpadas, los abruptos barrancos, la naturaleza de los empinados riscos y la densidad de la vegetación. Todo ello se conjuró para hacer de los Dardanelos un lugar complicado en el que servir.
Guerra total a la turca: el mando turco-alemán y la nación en armas por Gültekin Yldz (stanbul Üniversitesi). Mientras que el frente occidental fue testigo de la colisión entre superpotencias industrializadas, en los teatros de operaciones orientales el Ejército otomano tuvo que sobreexplotar su base socioeconómica agraria para luchar contra un gigante industrial como Gran Bretaña. Cienaños después, la mayoría de los interesados en la historia militar siguen desconociendo en gran medida el lado turco-otomano de este formidable acontecimiento bélico, en el que intervinieron elementos propios de la guerra moderna como ataques navales a tierra, defensas costeras con baterías de largo alcance, desembarcos anfibios, guerra de trincheras y, si no bombardeos, sí reconocimientos aéreos. ¿Cómo logró el alto mando otomano restaurar su eficacia militar solo dos años después de la catastrófica derrota en las Guerras Balcánicas (1912-1913)? Aún sigue ignorándose la respuesta a esta pregunta, pero se ha afirmado a menudo que, durante la Gran Guerra, bajo la influencia de los asesores alemanes, los Jóvenes Turcos militarizaron la élite política del régimen otomano. Sin embargo, los límites y peculiaridades del denominado militarismo otomano no se han valorado suficientemente.
De los desembarcos al estancamiento por Christopher Roberts. Tras aceptar la recomendación hecha el 22 de marzo de 1915 por el teniente general sir Ian Hamilton de que el ejército debía acometer una operación militar progresiva y prudente [.] para que el paso de la marina tenga éxito comenzaron los preparativos para un asalto anfibio de la península de Galípoli. Hamilton decidió efectuar elasalto principal en el cabo Helles, en la punta de la península, con la 29.ª División británica apoyado por un ataque secundario al norte de Gaba Tepe, en la costa del Egeo, con el Cuerpo de Ejército Australiano y Neozelandés (Anzac), sin experiencia y a medio instruir, y dos fintas: un movimiento intimidatorio de los transportes de la Royal Naval División (RND) que amenazara con desembarcar en el istmo y un ataque anfibio diversivo de un regimiento francés (tres batallones) del Corps Expéditionnaire dOrient (CEO) en Kum Kale, en la costa asiática de los Dardanelos, para fijar al XV Cuerpo otomano.
El Cuerpo de Ejército Australiano y Neozelandés por John Connor (UNSW). Los soldados australianos y neozelandeses libraron en Galípoli su primera campaña importante de la Primera Guerra Mundial, como parte del Cuerpo de Ejército Australiano y Neozelandés [Austrialia and New Zealand Army Corps (Anzac)]. Ambos países habían hecho un gran esfuerzo en los años previos a la guerra para desarrollarsus ejércitos y planificar sus fuerzas expedicionarias y, hoy en día, australianos y neozelandeses ven la campaña de Galípoli como el comienzo de la obtención de su identidad nacional independiente; sin embargo, en aquel momento la mayoría de ellos se veían a sí mismos como miembros del Imperio británico y el Anzac combatió como parte del ejército imperial británico. Se esperaba que pudiera ejecutar operaciones militares como las tropas regulares británicas, pero durante esta campaña no sería capaz de lograrlo. Con el tiempo sería capaz de derrotar a sus rivales otomanos y alemanes, aunque en 1915 aún tenía muchas lecciones sangrientas que aprender sobre la guerra.
La Ofensiva de Agosto por Christopher Clark (ANU). La Ofensiva de Agosto de 1915 fue el mayor y más prolongado intento de romper el estancamiento que se creó en la península de Galípoli tras los desembarcos aliados del 25 de abril. Una vez quedó claro, tras algunos de los combates más intensos de la campaña, que dicha ofensiva había fracasado los aliados se verían obligados a aceptar que la empresa de los Dardanelos era ya inútil; aunque en realidad debería haber resultado evidente que los presupuestos estratégicos en los que se basó la lógica de invadir el territorio turco habían dejado de ser relevantes antes incluso de que se desencadenara la operación. Una vez que la situación volvió al estatismo de la guerra de trincheras, y ante las dificultades para abastecer a las tropas en la península todo el invierno, se dio orden de abandonar Galípoli. La retirada sin pérdidas de diciembre y enero de 1916 sería el único éxito inapelable de toda la campaña de los Dardanelos.
Sir Ian Hamilton y las consecuencias de los Dardanelos Jenny Macleod (University of Hull). El desastroso intento de forzar el paso de los Dardanelos en 1915 supuso una humillación para el Imperio británico y un fracaso que pondría fin a la carrera del general sir Ian Hamilton, comandante en jefe de la Fuerza Expedicionaria del Mediterráneo, quien dedicaría el resto de su longeva vida a defender la campaña y a atender al colectivo de excombatientes en Gran Bretaña, con lo que contribuyó a dar forma a la percepción británica de que Galípoli fue una empresa romántica que había estado a punto de tener éxito. Dejando a un lado los argumentos de Hamilton, ¿cuál sería el veredicto sobre el impacto de su campaña en el siglo XXI? Galípoli tuvo unas consecuencias estratégicas potenciales significativas, pero el fracaso limitó su influencia. Aun así, sigue siendo objeto de fascinación por parte de los británicos interesados en historia militar, mientras persiste, pese a ser infundado, un aroma de aventura romántica.
Heridas invisibles La psiquiatría militar otomana y la neurosis de guerra en Galípoli por Yücel Yankda (University of Richmond). Hasta el fin de la Gran Guerra, los psiquiatras militares otomanos creyeron que la neurosis de guerra solo afectaba a un número insignificante de hombres, cosa sorprendente, pues la batalla de Galípoli fue particularmente similar al tipo de guerra de trincherasque caracterizó al frente occidental en Europa. Aquellos hombres revelaron en 1919 que pudo haber habido muchos más neuróticos de guerra que los que inicialmente se creyó, pero parece que los doctores no especialistas de batallón fueron incapaces de reconocer la autenticidad de la condición que encontraron entre los soldados y, en vez de derivarles a los psiquiatras de Estambul, apartaron del servicio o castigaron a los hombres por fingir enfermedad.
Introduciendo el n.º 9, Villarreal, 1936: ofensiva sobre Vitoria-Miranda de Ebro por Josu M. Aguirregabiria (Asociación Sancho de Beurko). La mal llamada batalla de Villarreal no fue solamente un enfrentamiento por la posesión de un enclave geográfico concreto, sino una de varias batallas englobadas en la primera ofensiva gubernamental de envergadura de la contienda. Dicha ofensiva quedó eclipsada, posteriormente, por otros hechos de armas de mayor magnitud en el empleo de medios, pero no por eso de mayor valor estratégico. Se pretendía la ruptura general del frente del norte con los recién creados cuerpos de ejército de operaciones asturiano, santanderino y vasco, que formaron el Ejército del Norte republicano. De cumplirse todos los objetivos, el plan pasaría a ser más ambicioso y se activarían también los principales frentes estabilizados, el aragonés y el central, una vez que el Ejército nacional se retirara hacia el sur, y se especulaba nada menos que con la posibilidad de ganar la guerra. La realidad fue muy distinta, como podremos ver, y ese optimismo quedo interferido particularmente por una línea del mapa denominada frente de Álava, donde figuraba uno de los principales objetivos de la operación por su estratégica situación, Villarreal de Álava.