En las relaciones amorosas no hay buenos y malos, no hay reglas y no hay límites. Hay hechos, pensamientos y emociones. Tal vez haya quien se crea ganador y quien piense que lo ha perdido todo. No queda sino enfrentar al toro por los cuernos, con la tristeza, con la risa, con la estrategia que nos lleve a aceptar la naturaleza humana tal como es: defectuosa.
La infidelidad tiene tantos matices como involucrados en el drama más antiguo del mundo. Después de todo, una infidelidad no es para morirse? o quien sabe.