La verdad es que se necesita menos de lo que se dice. No hace falta ni ser un workaholic, ni perder tiempo con papeleos, reuniones y miles de conversaciones intrascendentes. Ni siquiera hace falta tener una oficina. Lo que se necesita es dejar de hablar y ponerse a trabajar y este libro enseña a ser más productivo, evitar trabajar como un loco, a no endeudarse y muchos otros provocativos consejos contraintuitivos que inspirarán y modificarán la forma de pensar del lector.