De todos los monarcas castellano-leoneses de los siglos XI y XII, este rey, es el único que no tiene publicada y estudiada su colección documental. Debido quizás al poco tiempo que reinó (1065-1072) los escasos dieciocho documentos que de él nos quedan no han merecido este honor. No hay que olvidar que fue él quien reunificó los tres reinos que su padre había creado por su testamento y no su hermano Alfonso, aunque fuera éste quien gozara de los beneficios de la reunificación.
Para un serio estudio, era necesario publicar con criterios rigurosos sus documentos, distinguiendo originales de copias, auténticos de falsos o interpolados. Y entre ellos los hay de máxima importancia histórica, como el de la restauración de la sede episcopal de Oca o el conjunto de privilegios otorgados al monasterio de San Salvador de Oña.
Este libro pretende llenar un vacío histórico y hacer justicia a uno de los monarcas más importantes de la vieja Castilla, a pesar de su muerte en plena juventud, y que ha pasado a la historia y sobre todo a la leyenda más por su amistad con el Cid y su desastrada muerte en Zamora que por su innegable relevancia política.