La transformación del sistema productivo ha puesto al Derecho del Trabajo en la tesitura de tener que asumir la tutela, en diferentes grados o niveles, de todos aquellos que hacen del trabajo su medio fundamental de vida. Si el Derecho del Trabajo quiere seguir siendo un ordenamiento reequilibrador de las desigualdades sociales, habrá de instrumentar los mecanismos necesarios para reducir las enormes diferencias que en cuanto a protección separan a los sujetos del contrato de trabajo de aquellas nuevas categorías de trabajadores aparentemente autónomos, pero cuya situación de dependencia económica respecto de la persona que les da trabajo es similar o incluso más acentuada que la del trabajador-tipo sujeto del contrato de trabajo.
La monografía que se presenta pretende conocer la problemática social del trabajo autónomo -una vez diferenciado del subordinado- en todas sus dimensiones (régimen profesional, prevención de riesgos y derechos colectivos), con el fin de aportar soluciones a las nuevas necesidades emergentes, teniendo en cuenta que la situación particular de los TRADE requiere una regulación algo más completa e incisiva que la común prevista para el conjunto de los trabajadores por cuenta propia. Su carácter dependiente, sobre el que se incide particularmente, exige, sin duda, adoptar medidas que garanticen la efectividad de ciertos mecanismos de protección social, aun cuando éstos se planteen en el ámbito contractual donde se desarrolla la relación jurídica de estos autónomos con sus clientes-empleadores.