Amplia visión cristocéntrica del concilio Vaticano II, inspirada en los escritos de Benedicto XVI y testimonio de Francisco. El concilio afirma que Jesucristo no puede ser separado de su cuerpo, que es la Iglesia, y que la eucaristía realiza la permanente e íntima comunión entre la cabeza y los miembros. Es esta comunión vivificante la que la Iglesia desea compartir con el mundo, como la verdad y la salvación de este. ROBERT P. IMBELLI, sacerdote de la archidiócesis de Nueva York, estudió en Roma durante el Concilio Vaticano II y fue ordenado allí en 1965. Obtuvo la licencia en Teología por la Universidad Gregoriana y el doctorado en Teología Sistemática por la Universidad de Yale. El padre Imbelli fue profesor en el seminario de la archidiócesis de Nueva York y en la escuela de teología de Maryknoll; entre 1986 y 2013 enseñó Teología Sistemática en el Boston College, del que actualmente es profesor emérito asociado.