Bruner concibe estos mecanismos como la «modalidad narrativa» de la mente, a la que se debe la existencia de buenos relatos, obras dramáticas imperecederas, mitos y crónicas históricas. Basándose en recientes trabajos sobre teoría literaria, lingüística, antropología simbólica, psicología cognitiva y del desarrollo, el autor examina los actos mentales que intervienen en la creación imaginaria de mundos posibles y muestra hasta qué punto determinan el desarrollo de las ciencias humanas, la literatura, la filosofía y el pensamiento cotidiano.
Desde la perspectiva de la modalidad narrativa de la mente se puede mostrar en las obras de creación literaria cómo se construyen los significados gracias a la articulación de componentes emocionales, racionales, imaginativos y psicológicos de la actividad mental.