Quitando el invierno a la poesía no es solo un libro de poemas, es un manual de vida, una montaña rusa de emociones. Este poemario sabe a resaca después de la fiesta, a operación a corazón abierto, a insomnio, a verano ahora que has llegado y por fin le hemos quitado el invierno a la poesía, a gol en el minuto noventa? Aunque también sabe a copa de garrafón, a canción triste de cantautor, a día de lluvia frío y sin ti... Leer a Carles, es leerse a uno mismo, es estampar el corazón contra el folio, como quien pinta un cuadro sobre lienzo blanco... sencillo, simple, un lugar para quedarse a vivir... ¿Quién dijo que la poesía siempre era triste? Ven, y quitémosle el invierno a la poesía.