El pasado nunca desaparece del todo. Megan lleva una vida acomodada en una zona residencial, tiene dos hijos, un marido estupendo y una casa acogedora, pero tiempo atrás caminó por el lado salvaje. Ray trabaja como paparazzo persiguiendo a niños ricos obsesionados con la fama, pero antes fue un talentoso fotógrafo documental. Broome es un detective incapaz de sacarse de la cabeza un viejo caso ya archivado: un padre de familia de la zona desapareció sin dejar rastro hace diecisiete años. Y cada año Broome regresa a la casa de ese hombre, que permanece detenida en el tiempo, como esperando su regreso.