El 28 de julio de 1914, Alfie celebra la fiesta de su quinto
cumpleaños que coincide con el estallido de la primera
guerra mundial. El padre de Alfie, Georgie, decide alistarse
inmediatamente porque cree que es su obligación de
ciudadano y, además, está convencido de que todo acabará
antes de que lleguen las Navidades. Después de cuatro años
y enfrentado a un panorama desolador, Alfie descubre que
el padre al que ya daba por muerto no regresa porque está
internado en un hospital militar, así que decide coger un
tren e ir a buscarlo para traerlo de vuelta.