"... una Iglesia en la que también los responsables de este ministerio tengan en cuenta con alegre humildad que el Espíritu sopla donde quiere, que no está instalado entre ellos a modo de un arrendamiento en exclusiva por herencia, que lo carismático - que nunca se puede reglementar exhaustivamente- forma con la Iglesia una parte tan necesaria como el ministerio; que éste nunca se identifica simplemente con el Espíritu y que jamás lo puede sustituir... El pastor debe seguir siendo pastor, pero no por esto puede tratar a sus ovejas como ovejas..."
Karl Rahner