Maruca Ruiz plantea que el niño no es un adulto en pequeño y que su vida tiene un perfil diferente. Enfocando a la familia como el molde psicológico determinante de la conducta infantil y la relación familia-individuo como punto central, analiza la forma en que el pequeño concibe el mundo de los adultos y el suyo propio.
Para la autora, un niño con problemas en la escuela, en la casa o en sus relaciones interpersonales es un joven individuo al cual su familia -de mil maneras distintas- lo hace ser y actuar de ese modo.