Una batalla imposible. Un panorama desolador. Y los días transcurren sin que puedan hacer nada por ayudar a Ura. El único aliciente de los Lanzadores reside en la posibilidad de volver a casa, a la normalidad. O eso pensaban. Nadie en la Tierra cree en la existencia de los Qennere y, mientras tanto, estos se preparan para lanzar su ofensiva final. Con enemigos aguardándolos en cada esquina, y una nueva amenaza dibujándose en el horizonte, Oski y sus compañeros tendrán que aunar fuerzas con unos inesperados aliados si quieren conseguir la tan ansiada tranquilidad. Pero ¿quién o qué es esa figura que parece seguirlos a todas partes? ¿Qué nuevo peligro se oculta entre los frondosos árboles de Urbasa? Y, más importante aún, ¿por qué hay un chico que parece saber tanto sobre Qenna y los Desaparecidos si nunca estuvo allí.?