Pupi está preocupado porque ha oído que el vecino del quinto "tiene la cabeza hueca". Como desconoce el significado de esa expresión recurre a los demás para averiguarlo, hasta que la tía de Coque se lo aclara. Junto a sus amigos traza un plan para llenar de palabras la cabeza del vecino: le pegarán tiras de papel con las palabras más divertidas. Gracias a la magia del simpático extraterrestre, el anciano vecino se llena la cabeza de pensamientos alegres.