Edén, como su nombre lo sugiere, es un mundo mágico. Kioskerman, su
autor, comenzó a dibujar inspirado por la influencia de los grandes
historietistas y dibujantes. Hoy es uno de los nombres más destacados de
su generación.
"Lo que Edén esconde dentro de su clasicismo formal de tiras de una sola
página, cada una con una extensión de cuatro viñetas, es un acercamiento
experimental a la posibilidad de expresar qué significa ser humano: las
dudas, el miedo, el amor y todas las cosas inexplicables."
De 1001 cómics que hay que leer antes de morir.