Argumento de Puentes de Mimbre
En la Plaza de la Memoria Vinculante hay barro aún. Pueden que no te alcance. Puede que te echen a una lata de foigrás barato. Carne aherrojada ahí El hombre, desde el seto, te vio mirar cómo rodaba en su manta. Ahí, lobunamente, ahí, donde ya no se ensaliban instrucciones de apertura. Ahí, medirás que tienes en los labios aún: Buenos días, algo para comer o pañuelos o le limpio los cristales. O qué mimbres trenzar.1