Ocupados en otros saberes tangentes al ámbito de la arquitectura, los arquitectos hemos olvidado el poder cognoscitivo de la mirada como suministro de la información acumulada en el material. La arquitectura procura ordenar la materia y, con ella, todo el mundo alrededor. Estas lecciones
integradas de proyecto y materia aspiran a colapsar la frontera entre ideación, creación y construcción para alcanzar la equivalencia de las decisiones proyectuales, constructivas y estéticas.