Se presentan como «propuestas» que no pretenden ser «verdaderas» sino tan sólo «plausibles», en consonancia con la comprensión que del trabajo intelectual tiene el autor, al que le importa expresar reflexiones que permitan esquivar el dogmatismo y estimular la saludable duda. Pero estas propuestas no penden en el aire, sino que se apoyan en presupuestos kantianos y democrático-liberales. Tienen un carácter cuasi normativo en el sentido de que aspiran a ser compartidas no sólo en el plano de la teoría sino también en los correspondientes cursos de acción.
Se trata de una obra, además, escrita desde la convicción de que «conviene no despreciar la ayuda del poeta: las creaciones intelectuales no surgen ni se mantienen aisladas; todas ellas se integran en lo que llamamos cultura. Esto vale también para el caso del derecho». Al abrir así el campo de las cuestiones jurídico-morales a un público más amplio que el especializado, estas Propuestas representan una introducción idónea al mundo del derecho.