La obra de Ana Andrea Perales es un poderoso ejercicio de sustracción. La sustracción comienza con el propio título, Estacionario, que nos remite, ya a un fenómeno físico que se reproduce de forma idéntica en el tiempo, o a una persona o cosa que se mantiene en el mismo estado o situación. Estacionario es un triángulo de tres personajes, dos hombres y una mujer, Tim, Ben y Pam, de los que la autora no nos otorga, al comenzar la obra, descripción o información alguna. La sustracción alcanza todas las esferas de la composición: desde los nombres de los personajes hasta su propia visibilidad. Cuando empieza la obra, la oscuridad no nos permite percibir más allá del sonido de la voz de Tim. El cuerpo también ha sido sometido a un ejercicio de depuración expresiva; un personaje, Tim, habla en la oscuridad y se dirige a un alocutario que no percibimos por nosotros mismos, que no le contesta de manera expresa. Tim habla del cambio: de aquello que se modifica fuera de los límites de nuestra voluntad o de nuestra capacidad.
ITZIAR PASCUAL