La primera misión de Eugéne será evitar que Alice se entere de que Alice Liddell, la auténtica Alicia que inspiró al escritor inglés, ahora con ochenta años, va a visitar la ciudad para recibir un homenaje.
Eugéne Chignon comprobará que las extrañas casualidades, los personajes extravagantes y las situaciones absurdas no son solo patrimonio del País de las Maravillas, sino que se encuentran a menudo en nuestro mundo y especialmente en esa casa.
La comedia disparatada y los datos históricos (reales y a pesar de eso aún más disparatados) tienen cabida en esta novela, en la que el sinsentido, ese nonsense tan emblemático del escritor, acaba teniendo mucho sentido.