Argumento de Pretéritos Indefinidos
El siglo XVII constituye un periodo clave en la historia de España, de Europa y del mundo. El monarca Felipe IV se inclina con mayor facilidad a los juegos y entretenimientos de toda ralea, mientras que el reino desfallece en malogradas batallas contra los ingleses y los franceses en lidia para arrebatar las riquezas del Nuevo Mundo.
La historia de España se nos desvela bajo un prisma original, que gira alrededor de los personajes retratados por el gran pintor don Diego Velázquez.
En medio de la vida disoluta del Alcázar, la infantita Margarita recorre salas y corredores protegida con el único manto de la inociencia. Una sombra enigmática, turbia, se asoma por los rincones de los lugares palatinos.
La protagonista de la novela, madre de una niña de ocho o nueve años, asombrada por el parecido de su hija con la pequeña princesa de Austria, decide un día visitar de nuevo el lienzo, y el resultado de su búsqueda nos deja sin aliento.
La autora ha sabido adaptar la escitura al vocabulario de los siglos pasados, y no deja de sorprendernos la facilidad con la que ha sabido entrar de lleno en el mundo tanto palaciego como pictural o infantil, codeándose con soltura con los personajes que parece haber conocido personalmente. Los príncipes nos sorprenden igualmente con su balbucir, sus expresiones como de la calle, fuera de los protocolos en los que los imaginamos corseteados.1