EL MAL TIENE TENTÁCULOS
Marlie no podía evitar "saber" cosas que hubiera preferido ignorar, no era responsable de unas facultades que la habían arrastrado al infierno. Y estaba a punto de ocurrir de nuevo. Había sentido la presencia del mal, había conectado con la mente de un asesino despiadado. Y supo que no iba a detenerse. Pero esta vez alguien vendría a rescatarla de su angustia. Se llamaba Dane Hollister, y era exasperantemente apuesto, sólido y tenaz. Su sola presencia le provocaba un alud de emociones. Y su sonrisa... Dios mío, a Marlie aquella sonrisa parecía fundirle las entrañas.
QUE SÓLO LA PASIÓN PUEDE CORTAR
Dane Hollister era un policía rudo y experimentado, un hombre demasiado cínico y racional para dejarse convencer por las explicaciones de Marlie y sus supuestas visiones, pero ella le fascinaba. No estaba seguro de que tuviera poderes, pero sí sabía con certeza que nunca había sentido nada parecido por una mujer, y deseaba estar junto a ella. Anhelaba protegerla del mal que la acechaba, se moría por abrazarla y hacerla suya. Quería saber quién era realmente, conocerlo todo sobre ella. No la iba a dejar en paz, y desde luego no permitiría que nadie volviera a hacerle daño nunca más.