Cuando hablamos de niños, decimos que unos son diestros o que otros son zurdos, pero ¿exponemos totalmente la globalidad de su condición lateral? En la práctica clínica diaria nos encontramos muchas veces a niños sin ningún defecto refractivo importante, ni ningún diagnóstico de ausencia o limitación intelectual. Pero estos niños, aún así, son incapaces de aprendrer a leer de acuerdo con el nivel adecuado a su edad. O, si aprenden, no son capaces de hacerlo con el rendimiento esperado: invierten letras o palabras, sin obtener el correcto significado de su lectura. Los "predominios visuales" se deben tener en cuenta ya que inciden en casi todas las actividades de nuestra vida, por ejemplo en trabajos en los cuales la dirección o la lateralidad son cruciales, también en la escolaridad, donde hace falta afrontar el aprendizaje y la lectura, e igualmente en la práctica de deportes rápidos, que requiere coordinación lateral entre ojos y manos.