¿Por qué peleamos tanto? ¿Por qué nuestras peleas más fuertes son con los seres que más amamos? ¿Por qué nos cuesta tanto aceptar que nuestra pareja es tan diferente de nosotros? ¿Y si en lugar de querernos tanto probamos a querernos bien?
La mayoría de veces nos arrepentimos de tener peleas, pero ¿conoces a alguien que, mientras está peleando, quiere perder su pelea? Algunas personas evitan pelear pero canjean su libertad por la tranquilidad, y esto es aun más dañino.
Las peleas no solamente lastiman, sino que pueden destruir una relación. Por eso, debes enterarte de una vez por todas de que las peleas son necesarias y positivas. Nunca acabarán, pero podemos mejorarlas a nuestro favor.
Ellas sirven para saber lo que no queremos, lo que rechazamos, lo que nos molesta o perturba. Lo que nos es más importante en la vida. En resumen: peleamos más con las personas que más queremos porque las peleas aceleran el proceso de conocimiento mutuo. Contribuyen a crear un espacio de sinceridad, aunque sea desagradable, así no puedas todavía utilizarlas para mejorar tu relación.