Por el amor de la sensual y pícara Imabelle, Jackson pierde los ahorros de toda su vida al dárselos a un confidente de la Policía que «sabe» convertir billetes de diez dólares en billetes de cien; luego robará a su jefe para perder posteriormente el dinero en una sala de juego. Por fortuna para él, Jackson tiene un hermano gemelo bastante avispado, Goldy, quien, disfrazado de hermanita de la caridad, se gana la vida en Harlem vendiendo entradas para el Cielo. Ahora toca zanjar las deudas.