Argumento de Polvos Blasfemos
Tal vez por esto, lo que presento aquí al lector no sea sólo un libro de poemas sino la huella de la vida excesiva de quien no regresó al redil de los sumisos, de quien prefirió la alegría de la noche, de los encuentros fugaces, de las luces que se funden con el amanecer y la llaves que dialogan con las cerraduras imposibles a las seis de la mañana; porque este poemario también es un hombre que nos habla de sus dudas, sus titubeos, su angustia intermitente, sobre si habrá hecho lo correcto, si un atardecer frente al mar con la mujer amada y el hijo no tendrán el mismo brillo que da la noche desafiante y lúcida. Si su aferrarse al no del desobediente, el rebelde, el indisciplinado, habrá sido la opción correcta. Hermoso libro pues este donde un hombre se expone indeciso, vacilante, frágil, quebradizo como todos los héroes que admiro. Héroes hechos de noches, alcohol, intensidad, instantes, vértigo, misterio, emoción, cultura e instinto. Del prólogo, de Antonio Orihuela.1