La lenta recuperación de su figura durante la última década apenas ha afectado a su poesía, pese a que Espina conservó siempre un especial interés por su temprana obra poética, como muestran los varios intentos desde mediados de los años treinta, siempre fallidos, de recogerla en único volumen. Se reúnen ahora en esta edición sus dos únicos libros de poemas, Umbrales (1918), uno de los libros clave para comprender el final de la estética modernista, y Signario (1923), sin duda el libro más original de la primera fase de la joven literatura de los años veinte, a los que se suma toda su poesía dispersa en la prensa de la época, nunca recogida en libro en vida del autor, constituyendo el primer intento riguroso de ofrecer su poesía completa. La acompaña en esta edición un importante epistolario de más de cuarenta cartas a diversos intelectuales y escritores, que no sólo nos permite certificar la importancia de Espina en la literatura de su época y ahondar en ciertos pasajes hasta ahora oscuros de su biografía intelectual, sino que supone además un aporte fundamental para profundizar en temas de capital importancia para la literatura española contemporánea, como la relación de Juan Ramón Jiménez con los jóvenes poetas aparecidos en los años veinte.
Eduardo Hernández Cano es licenciado en Filología Española y ha investigado sobre la literatura española del primer tercio del siglo XX.