También busca constituirse, obviamente, en un canto a la libertad de prensa, por lo que se pretende ofrecer un amplio abanico de idiomas y procedencias poéticas o vitales. A su vez, se huye de restringir el oficio del periodismo a un determinado formato o a un género en concreto: el buen periodismo es siempre literatura y la mala literatura no llega a ser periodismo.