Por eso no es de extrañar que en este lugar repostara la extraña aviadora de la cabellera suelta, o H., el ex-dictador alelado. ¿Dónde si no en Pobeña, la patria chica de un fundador de ciudades en la costa norteamericana del Pacífico? ¿Qué importa que el fundador no naciera en Pobeña, sino en Perú? Aclaremos que los pobeñeses nacen donde les viene en gana.
Pero Pobeña es también el espacio de la memoria capaz de conciliar a unos émulos de los Beatles con sus ancestros carlistas, y de celebrar una festividad cuyo origen se remonta a un generoso cargamento de tabaco. Un lugar imaginario que descubre la existencia de las cosas y de los sucesos más cercanos como un retrato del mundo.
Imaginación, sensibilidad y, sobre todo, mucho humor esparcidos por este puñado de buenas narraciones que bastarán para dar fama eterna a un pueblo que no queda muy lejos de Bilbao, y a un autor, Miguel González San Martín, que con este nuevo libro rompe con su leyenda de lúcido escritor que interpreta la vida desde un rincón secreto.