Ese narrador que pisa el bosque quemado alrededor de la casa de su infancia es Manuel Arroyo-Stephens, librero y editor impar, escritor sentimental hasta donde lo permite la anglofilia, fundador de esta editorial que hoy recoge sus relatos sin saber si son novela o autobiografía, o quizá una historia de España hecha de lecturas, viajes, amigos y recuerdos.