El autor parte de la base de que la mente y la conducta humanas son curiosas pero también tienden a la repetición y a la ley del mínimo esfuerzo. Por eso, cuando nos enfrentamos a un problema, no sabemos pensar con claridad y nos dejamos llevar por rutinas, en vez de pasar a pautas más saludables y creativas.
Su método consiste en la aplicación de estos preceptos: a) aplicar la tranquilidad como forma de vida, es decir, no dejarse llevar por tensiones ni prisas innecesarias, y disfrutar con plenitud de los momentos agradables; b) pensar mucho, pero sin exceso; c) aprender: aprender siempre y en todo momento, incluso de lo malo.