Antes de amanecer el único paisaje es uno mismo.
Mario, un hombre solitario, introvertido, con una existencia anodina y poco predispuesto al uso de las nuevas tecnologías en el ámbito de las relaciones sociales, decide inscribirse en un taller literario a distancia. Pese a que sus propios fracasos le han llevado a desconfiar en los demás como seña de identidad de su carácter, explora en el anonimato que le ofrece internet una excelente fórmula de desinhibición y superación personal.
Cuando aparece Eva, una alumna aventajada, a la emoción inicial por establecer con ella un vínculo afectivo le seguirán las insinuaciones, la liberación del pudor y los prejuicios, la magnificación de los sentimientos y la idealización de la otra persona hasta límites insospechados, llegando a compartir una ficción más basada en las intenciones y expectativas que en la propia realidad.
La red de relaciones interpersonales que se teje entre los alumnos del curso junto a la propia naturaleza del proceso creativo permitirán a Mario, el personaje principal, dar rienda suelta a su emotividad creyéndose sin riesgo de caer al vacío mientras inicia una espectacular e ineludible metamorfosis donde la palabra dejará de ser su tabla de salvación.