Bajo lo que parecen problemas técnicos subyace, en realidad, la necesidad de una mutación cultural: el aumento de las temperaturas y la destrucción de los hábitats no tienen fácil solución si no se limita el consumo. Además, buena parte de los elementos que configuran nuestra civilización como la red de transporte, las telecomunicaciones, la alimentación o la moda dependen del petróleo, una materia que es finita.
Más allá de dibujar un complejo escenario de futuro, las aportaciones incluidas en este libro llaman a poner a trabajar la imaginación para transformar las relaciones sociales y nuestras formas de vida.