Pues imagínate que tu vida, por fin, comienza a encajar, todo está en su sitio y sientes que brillas. Pero sin saber cómo ni por qué, alguien decide joderte. A ti. Sí, a ti.
Y tú, en vez de quedarte quieta y callada, dices que nanai, que por ahí sí que no pasas, que tu trabajito te ha costado y que no vas a permitir que nadie se cargue lo poco que has conseguido levantar, así, de un manotazo.
¿Sabes lo que te van a decir si haces eso? ¿Si te rebelas? ¡Que menudo escándalo, bonita!