El rock en castellano nunca se ha caracterizado por su riesgo. Por eso resulta crucial un disco como Pequeño, donde Enrique Bunbury se aparta de la fórmula de Héroes de Silencio para adentrarse en territorio desconocido.
Pequeño supone, además, un desafío a la anglofilia imperante en la época, ya que señala a las claras que el sur también existe y que tenemos más que aprender de América Latina de lo que podemos enseñarle (especialmente en cuestiones de música popular). Más que un simple álbum, Pequeño es todo un estirón artístico, crucial para la carrera de Bunbury y la cristalización de su personaje.