Argumento de Peking by Night
¿Quién se atreve a afirmar que interrogarse sobre la absurdidad de nuestra condición es una tarea sombría? Para prueba de lo contrario, aquí se presenta un conjunto de historias delirantes, en las que se encuentran desde las indicaciones para cometer un crimen perfecto a lo que pasa por la cabeza de alguien en el momento en que está cayendo desde la torre Eiffel, desde cómo dar con una madre secuestrada por traficantes de blancas a lo que le sucede a un hombre perdido en un supermercado y al que Dios llama por teléfono. Estas y muchas otras aventuras trazan, a partir de un torrente verbal arrollador, un tragicómico laberinto en cuyas encrucijadas se pasa en un soplo de la risa al desánimo, de la inquietud al regocijo.1