El mundo de Miranda Shaw se rompió en mil pedazos cuando su famoso padre, que era jugador de béisbol, fue acusado de haber realizado apuestas. Su familia quedó destrozada para siempre. Varias décadas después, lo último que necesitaba era que un periodista deportivo hurgara en la herida... sin importar lo guapo y encantador que éste fuera. Mike Marlowe sabía que aquella historia no era tan simple, así como tampoco lo era la bella y esquiva mujer que lo alteraba por completo. Pero Miranda protegía con tanta pasión su apellido como su corazón.