Mia Frazier accedió a lo que su padre le pidió: casarse con Alexander Doumas, un millonario griego. Los dos hombres esperaban conseguir con ese trato lo que deseaban: Alexander recuperaría la isla de su familia que tuvo que ser vendida a los Frazier en los tiempos difíciles y el padre de Mia se aseguraría un heredero. Pero, ¿cuáles eran los motivos de Mia? La joven creía que lo mejor era guardarse la verdadera razón, aunque no contaba con que eso le iba a resultar tan difícil. No sabía que compartir la cama con ese hombre iba despertar esa intensa pasión entre ellos...